Los Caligramas
Son poemas, frases o simplemente palabras en el cual su
propósito es formar una figura o dibujo de lo que trata y lo que se está
hablando en dichas palabras, en el cual la tipografía, caligrafía o el texto en
manuscrito se manipula o configura de tal manera que crea una especie de imagen
visual, llamado también, poesía visual. La imagen creada por las palabras
expresa visualmente de lo que se trata.
Los caligramas son poemas que complementan
su significado con el dibujo. No son poemas ilustrados, porque es el texto
mismo el que adquiere rasgos gráficos. Es decir, son combinaciones icónico-
lingüísticas, en donde la imagen y el texto se entremezclan para reforzar una
idea, o introducir otra no dicha, sugerida. (Kareche, México, marzo 13, 2009)
Poema Imaginista
El Imaginismo es un movimiento
poètico que floreció en Estados Unidos e Inglaterra entre 1909 y 1917 como oposición
al romanticismo. Fue liderado por los poetas estadounidenses Ezra Pound y,
posterirmente, por Amy Lowell. Otros poetas imaginistas fueron los escritores ingleses
D. H Lawrence y Richard Aldington, y los poetas estadounidenses John Goul
Fletcher y Hilda Doolitle. Todos ellos publicaron manifiestos y escribieron
poemas y ensayos para respaldar sus teorías.
Confiaban ante todo en el uso de
imágenes precisas e incisivas como medio de expresión poética y formal, el uso
del lenguaje colonial. La mayoría de los poetas imaginistas cultivaron el verso
libre, y se sirvieron de la asonancia y la aliteración, más que de esquemas
métricos formales, para estructurar sus poesías.
Se reconoce a T. E. Hulme como el autor, en 1909, de los primeros poemas imaginistas. Entre los ocho textos que se recogen en sus Obras poéticas completas, encontramos el más difuncido:
Se reconoce a T. E. Hulme como el autor, en 1909, de los primeros poemas imaginistas. Entre los ocho textos que se recogen en sus Obras poéticas completas, encontramos el más difuncido:
Otoño
Un toque frío en la noche de otorño
salgo y veo
la luna rojiza sobre un seto
como rubicundo granjero.
No me detengo a hablar, saludo con la cabeza
y, alrededor, las estrellas pensativas,
como niño en las calles.
Haiku
El hai-ku
es quizá la forma mis representativa de la poesía japonesa de índole epigramática.
En el curso de los siglos, los poetas japoneses han creado millones de hai-kus,
muchos de los cuales se han convertido en verdaderos proverbios, que
el pueblo
atesora con amor. El origen remoto del hai-ku se halla en la poesía
china.
En el año
905 de la Era Cristiana se publicó en el Japón la antología intitulada Kokinshu,
que contiene mil cien poemas, de los cuales solo cinco son largos. Los demas
siguen las normas tradicionales de las tannkas chinas: son composiciones
de a cinco versos cortos, cada una dividida en dos hemistiquios. Los japoneses
imitaron por siglos a sus maestros chinos, no solo adoptando su sistema de
versificación, sino tomando de ellos los temas de su poesía, oral cómica y satírica,
ora ética, filosófica y religiosa.
Esta
forma japonesa corresponde exactamente a la del estrambote de la seguidilla
Castellana.
Recordemos la clásica de Ruiz de Alarcón:
Venta de Viveros
dichoso sitio,
si es cristiano el ventero
y es moro el vino.
Sitio dichoso,
si el ventero es cristiano
y el vino es moro.
Si
tomamos su estrambote, tendremos un hai-ku japones, y no solo por su
forma externa, sino por su intención. Lo mismo resulta si tomamos el de una
seguidilla tan moderna como esta de Rafael Alberti:
En La Habana las sombras
de las palmeras
me abrieron abanicos
en revolerás.
Una mulata:
dos pitones en
punta
bajo la bata.
El hai-ku
autentico -que es un apunte y no una descripción, ni muchísimo menos una
disertación- se contenta con darnos una idea o una imagen, en solo tres rasgos
ligeros y rápidos, y su asunto -serio o jocoso, o trivial, elevado y profundo- se
nos ofrece de modo delicado y sugerente, sin limitar ni en lo más mínimo nuestra
libertad de asociación, de meditación o de recordación, y por ello, al oírlo,
podemos evocar todo un mundo de sensaciones, de ideas, de emociones y de recuerdos
más o menos gratos.